Consejos para cuidar tu cambio automático
Si tienes un coche con cambio automático ya habrás descubierto la cómoda conducción que te permite en ciudad y en los viajes largos. Pero debes saber que un coche con caja automática necesita una serie de cuidados diferentes a los que quizás no estés acostumbrado. Por ello, te dejamos aquí estamos consejos para alarga la vida de tu caja de cambios. Estos consejos son aplicables a cajas de cambio automáticas de convertidor de par. Aunque también son aplicables de cambio pilotadas, a cajas de cambio de variador continuo o a las cajas de cambio de doble embrague, de difusión ya global y masiva en estos momentos.
No olvides el freno de mano
No uses la posición de parking (P) como freno de mano. Este gesto (bastante habitual) es especialmente grave en cuestas pronunciadas. La extensión excesiva que se crea en la caja de cambio, provoca averías prematuras y holgaduras innecesarias. ¿Cómo hacerlo de forma correcta? En primer lugar, pon el freno de mano y, cuando el coche ya repose sobre él, utiliza la palanca P
Palanca en punto muerto
Como ya habrás comprobado, los coches automáticos no se calan. Aún así en el caso de las cajas tradicionales es recomendable dejar la palanca en N, cuando efectuemos paradas de larga duración. El objetivo es salvaguardar la mecánica; las vibraciones que llegan al habitáculo son menores
Freno pisado y parado para mover la palanca
Algunos coches modernos no requieren que estés atento a este consejo, pues sencillamente no te dejaran mover la palanca si no estás detenido. Pero en muchos coches antiguos este error puede provocar problemas graves. El coche automático no está diseñado para cambiar los modos en movimiento, y hacerlos sometnen al mecanismo a una presión para la que no están preparados. Por eso, recuerda que si has de pasar de P a D, el coche debe estar detenido. Lo mismo si metemos marcha atrás o ponemos posición de parking.
Aceite de la caja de cambios
Con la misma normalidad que cambias el aceite del motor del coche cada ciertos kilómetros, tienes que acostumbrarte a revisar el aceite de la caja de cambios. Y es que las cajas automáticas están bañadas en fluido lubricante, por ello es necesario revisarlas.
Es el caso de de un cambio automático de convertidor de par o en las cajas de doble embrague con embrague bañado de aceite, (popularizadas por las famosas DSG de seis o siete relaciones del Grupo Volkswagen). Pero no vale reemplazarlas de cualquier manera. Tienes que respetar los intervalos de sustitución y el fluido de transmisión tiene que ser adecuado. Además, debes revisar con mucha atención que el liquido hidráulico que está contenido dentro del modulador de vacío no gotee fluidos. En caso de que ocurriese, la mejor solución es revisar el sello o la empaquetadura del carter.
Cuidado cuando te remolquen
Nunca sabemos cuándo vamos a tener una avería y vamos a necesitar la ayuda de una grúa. Al igual que en los coches con cajas de cambio manual, la caja de cambios debe estar en punto muerto. Algunos coches poner el punto muerto requiere hacer cambios en el interior de las molduras. Si no sabes cómo poner el punto muerto, debe llevarlo una grúa de plataforma pues si lo arrastra (sin tener el punto muerto) la avería puede ser realmente cara.
Nada de punta-tacón
Considerando que un cambio automático trabaja en constante comunicación con el servo freno, es recomendable no practicar técnicas poco habituales fuera del mundo de la competición, como pisar el acelerador y freno al mismo tiempo o trabar las ruedas con el freno de mano para deslizar el tren posterior (sí, hacer un trompo). Al hacerlo, pueden dañarse los moduladores de vacío del cerebro hidráulico de la caja de cambios.
Estos pasos tan sencillos te permitirán ahorrarte graves averías que en el caso de los coches eléctricos pueden llegar a las cuatro cifras. Recuerda, que el buen mantenimiento y las buenas prácticas siempre son los mejores aliados para tu coche.
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